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viernes, 3 de febrero de 2017

PESTE DE PEQUEÑOS RUMIANTES



¿Qué es la peste de pequeños rumiantes?

La peste de pequeños rumiantes (PPR) es una enfermedad vírica de los caprinos y ovinos caracterizada por fiebre, llagas en la boca, diarrea, neumonía y a menudo la muerte.
Es causada por un morbilivirus de la familia paramyxoviridae, que está relacionado con la peste bovina, el sarampión y el moquillo canino. La enfermedad afecta usualmente a caprinos y ovinos, aunque se han infectado de forma experimental bovinos y varios rumiantes silvestres.
Un brote en un zoológico de los Emiratos Árabes Unidos en 1987 afectó a gacelas, íbices o cabras salvajes de los Alpes (Capra ibex) y órices (Oryx gacella), siendo la primera vez que la enfermedad afectaba a otras especies aparte de ovinos y caprinos.
La PPR está incluida en la lista de enfermedades del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE, y es de declaración obligatoria a la OIE.
Peste de los pequeños rumiantes.



¿Dónde se encuentra la enfermedad?

La enfermedad apareció por primera vez en África occidental, en la década de 1940. Desde entonces, se ha extendido hacia el norte y hacia el este a través de África, Cercano Oriente y Oriente Medio y ha llegado hasta el sur y el este de Asia. China notificó el primer caso en 2007 y la enfermedad llegó a territorio europeo en 2016, con un brote notificado por Georgia a la OIE.



¿Cómo se transmite y propaga la enfermedad?

El virus está presente en las lágrimas, saliva, secreciones nasales y expectoraciones, así como en las heces de los animales infectados. Por tanto, la enfermedad se puede transmitir por contacto cercano entre animales, especialmente por la inhalación de las gotitas liberadas en el aire por los estornudos y toses de los animales infectados. Los abrevaderos, comederos y camas de paja también pueden contaminarse con secreciones y convertirse en fuentes adicionales de infección, aunque el virus no sobrevive durante mucho tiempo fuera del organismo del animal hospedador.
Dado que los animales excreta el virus antes de mostrar signos clínicos, la enfermedad puede propagarse mediante los desplazamientos de animales infectados.



¿Cuáles son los signos clínicos?

Tras un periodo de incubación de 3 a 6 días, aparece una fiebre repentina, depresión grave, pérdida del apetito y secreción nasal transparente. La secreción nasal se vuelve más espesa y amarilla, con frecuencia es tan profusa que forma una costra que bloquea las fosas nasales causando dificultad respiratoria. Los ojos también pueden infectarse, con el resultado de que los párpados se pegan debido a las secreciones.

Puede haber inflamación de las mucosas bucales con formación de úlceras en las encías inferiores, la almohadilla dental, el paladar duro, y la lengua.
Algunos animales presentan diarrea profusa, con la consecuente deshidratación y pérdida de peso.

La neumonía es común en las fases ulteriores. Los animales preñados pueden abortar. El pronóstico de la peste de los pequeños rumiantes es reservado y la muerte puede producirse entre cinco y diez días después de aparecer la fiebre.
La infección afecta más seriamente a los animales jóvenes, y a los caprinos más que a los ovinos.

En su forma más grave (hiperaguda) los animales son hallados muertos. No obstante, la enfermedad puede ser leve o inaparente y circular en un país causando poco o ningún efecto mientras no haya una exposición de caprinos y ovinos sensibles.


¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

Puede sospecharse la enfermedad cuando hay fiebre repentina, descargas nasales y diarrea en ovinos y caprinos, mientras que los bovinos no están afectados. Dado que la enfermedad es similar a muchas enfermedades comunes, como la fiebre aftosa y la lengua azul, es importante la confirmación de laboratorio. La identificación del virus o las pruebas serológicas se efectuarán de conformidad con el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales terrestres de la OIE.



¿Qué se ha hecho para prevenir o controlar la enfermedad a nivel internacional y local?

La peste de pequeños rumiantes es una de las seis enfermedades para las cuales la OIE reconoce el estatus libre de enfermedad y valida el programa nacional de control oficial. En 2016, la OIE reconoció a 53 Países Miembros y una zona como libres de PPR.

La OIE y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han desarrollado conjuntamente la Estrategia mundial para el control y la erradicación de la peste de pequeños rumiantes. Esta estrategia fue aprobada por los países que asistieron a la Conferencia internacional para el control y la erradicación de la peste de los pequeños rumiantes, que se celebró en Abiyán (Côte d’Ivoire) en 2015, y confirmada por la adopción de la Resolución N.°25 durante la 84.ª Sesión General de la Asamblea Mundial de Delegados de la OIE. La estrategia prevé la erradicación mundial de la PRR para 2030.

Cuando la enfermedad aparece por primera vez en una zona, se aplican medidas de control estándar como cuarentena, control de desplazamientos, sacrificio sanitario, limpieza y desinfección. El virus se inactiva con la mayor parte de desinfectantes.

Las vacunas eficaces contra la PPR están disponibles y se utilizan cuando la enfermedad se establece.
La vacuna proporciona una buena inmunidad.
Debido a la relación entre el virus PPR y el virus de la peste bovina, éste fue utilizado anteriormente como vacuna para controlar la PPR. Sin embargo, dado que la peste bovina fue erradicada en 2011, esta práctica ya no se permite. Actualmente solo se utilizan vacunas específicas contra la PPR.


¿Qué riesgos entraña para la salud pública?

El virus de la peste de los pequeños rumiantes no afecta al ser humano.

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