La incubación es más
efectiva si se hace de forma artificial. Se puede fabricar una incubadora
casera bastante efectiva La incubadora consta de una bandeja con agua y vermiculita
sobre la que se ponen los huevos. Esta bandeja se coloca sobre un baño de agua
a temperatura constante, dentro de otro contenedor tapado, pero con orificios
de ventilación. La temperatura óptima varía para cada especie, y oscila entre
27-32.5ºC. La mejor manera de calentar el agua es con un calentador de acuario.
Los huevos no deben cambiarse de posición, y se cubren con una capa de musgo
húmedo para mantener la humedad elevada.
Por
que usar la incubación artificial
El terrario de un
reptil no suele ofrecer condiciones adecuadas para el desarrollo de los huevos.
En general la incubación es más efectiva si se hace de forma artificial. Se
venden incubadoras relativamente sencillas y asequibles, pero con algo de maña
se puede fabricar una incubadora casera bastante efectiva.
La incubadora debe
cumplir tres condiciones: distribuir el calor de modo uniforme en todas partes,
mantener temperatura y humedad constantes, y permitir una ventilación
suficiente.
Cada especie de
reptil necesita condiciones particulares de incubación, sobretodo de
temperatura y humedad. El modelo que describimos aquí se adapta a las
necesidades de la mayoría de especies.
Hacer
una incubadora artificial
La incubadora tendrá
una especie de doble cámara. Habrá un recipiente con los huevos (1ª cámara); y
este recipiente se mantendrá en un baño de agua caliente dentro de otro
contenedor mayor (2ª cámara). Veamos su construcción paso a paso.
Se toma un recipiente
o bandeja de plástico un poco hondo, y se rellena con una mezcla de agua
destilada y vermiculita a partes iguales (en peso, no en volumen). La mezcla
debe quedar húmeda pero no empapada.
La vermiculita
también se puede mezclar con algo de perlita, en proporción 2:1. Ambos
materiales se obtienen en tiendas, pues se usan como arena absorbente para
gatos o en jardinería. Deben estar libres de colorantes, perfumes u otros
aditivos.
En otro recipiente
mayor, como un acuario o cubeta de unos 100 litros, se coloca algo de agua
(unos 10 cm de profundidad), y una fuente de calor. El agua actuará como
colchón térmico y ayudará a mantener la humedad elevada.
En el centro de este
“baño maría” se coloca un ladrillo u otro soporte, y encima la bandeja con la
vermiculita, parcialmente sumergida en el agua, pero sin que ésta penetre
dentro. Luego cubrimos el recipiente mayor con una tapa transparente que nos
permita observar el interior.
Debe haber orificios
de ventilación para que el aire no se enrarezca. Los huevos también “respiran”,
absorbiendo oxígeno y eliminando CO2, de modo que si el aire se enrarece en
exceso el embrión puede morir.
Conviene poner en
funcionamiento la incubadora una semana antes de colocar los huevos, para
estabilizar su funcionamiento.
Temperatura
y humedad de la incubadora
La mejor manera de
calentar el agua es con un calentador de acuario, que es una resistencia
colocada dentro de un tubo de cristal y conectada a un termostato. Un
calentador de 60 a 100 W es adecuado. Las esterillas calefactoras u otros
métodos, no dan tan buen resultado; y las bombillas son desaconsejables.
El termostato del
calentador no indica de forma fiable la temperatura. Hay que colocar un
termómetro digital o de mercurio al lado de los huevos. Los termómetros baratos
suelen dar lecturas erróneas.
La temperatura óptima
varía para cada especie, y suele oscilar entre 27-32.5ºC. Por ejemplo: dragón
de agua (Physignatus spp.) 29.5ºC, dragón barbudo (Pogona spp.) 30 ºC, tortugas
del género Testudo 30-31ºC, pitón real (Python regius) y molurus (P. molurus)
31-32.5ºC.
En bastantes especies
la temperatura determina el sexo de las crías. En algunas tortugas (como
Testudo hermanni), a temperaturas altas nacen más hembras, y a bajas más
machos. En caimanes y algunos lagartos el fenómeno es inverso: machos a
temperaturas altas y hembras a bajas.
La duración de la
incubación varía mucho según la especie, y suele oscilar entre 2 y 3 meses,
aunque hay notables excepciones (en las fichas coleccionables de especies hay
más información al respecto). En general la duración es menor a mayor
temperatura.
La humedad debe ser
alta en general. Cada día o cada dos días se puede pulverizar la incubadora con
agua para mantener la humedad, pero nunca directamente sobre los huevos.
Colocación
de los huevos en la incubadora
Los huevos deben
manipularse con mucho cuidado. Se recomienda hacer una marca con lápiz en la
parte superior del huevo antes de cogerlo, para asegurarnos de que al
trasladarlo no lo cambiamos de posición.
Cambiar la posición
del huevo puede matar en algunos casos al embrión. Esta recomendación es
discutible, y probablemente no es tan importante en los primeros días tras la
puesta.
Los huevos se deben
colocar sobre la vermiculita húmeda parcialmente enterrados, dejando asomar al
exterior entre la mitad y un tercio del huevo. Los huevos se cubren con una
capa de musgo húmedo para evitar que se sequen.
La
eclosión de los huevos de reptiles en la incubadora
La salida del embrión
del huevo puede durar entre 6 y 48 horas. La cría debe completar este proceso
por si sola, pues tratar de ayudarla es casi siempre perjudicial. La mayoría de
huevos fértiles de una puesta eclosionan a lo largo de dos días. El resto
probablemente no sean fértiles.
Para evitar que las
primeras crías en nacer caigan al agua y se ahoguen, se puede cubrir la bandeja
de vermiculita con una malla de plástico. Algunas crías presentarán todavía
algo de saco vitelino adherido al ombligo. Si todo va bien se reabsorberá solo.
Las crías deben pasarse a otro terrario aparte enseguida.
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