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jueves, 8 de junio de 2017

INCUBACIÓN ARTIFICIAL EN REPTILES


La incubación es más efectiva si se hace de forma artificial. Se puede fabricar una incubadora casera bastante efectiva La incubadora consta de una bandeja con agua y vermiculita sobre la que se ponen los huevos. Esta bandeja se coloca sobre un baño de agua a temperatura constante, dentro de otro contenedor tapado, pero con orificios de ventilación. La temperatura óptima varía para cada especie, y oscila entre 27-32.5ºC. La mejor manera de calentar el agua es con un calentador de acuario. Los huevos no deben cambiarse de posición, y se cubren con una capa de musgo húmedo para mantener la humedad elevada.

Por que usar la incubación artificial

El terrario de un reptil no suele ofrecer condiciones adecuadas para el desarrollo de los huevos. En general la incubación es más efectiva si se hace de forma artificial. Se venden incubadoras relativamente sencillas y asequibles, pero con algo de maña se puede fabricar una incubadora casera bastante efectiva.

La incubadora debe cumplir tres condiciones: distribuir el calor de modo uniforme en todas partes, mantener temperatura y humedad constantes, y permitir una ventilación suficiente.

Cada especie de reptil necesita condiciones particulares de incubación, sobretodo de temperatura y humedad. El modelo que describimos aquí se adapta a las necesidades de la mayoría de especies.

Hacer una incubadora artificial

La incubadora tendrá una especie de doble cámara. Habrá un recipiente con los huevos (1ª cámara); y este recipiente se mantendrá en un baño de agua caliente dentro de otro contenedor mayor (2ª cámara). Veamos su construcción paso a paso.

Se toma un recipiente o bandeja de plástico un poco hondo, y se rellena con una mezcla de agua destilada y vermiculita a partes iguales (en peso, no en volumen). La mezcla debe quedar húmeda pero no empapada.

La vermiculita también se puede mezclar con algo de perlita, en proporción 2:1. Ambos materiales se obtienen en tiendas, pues se usan como arena absorbente para gatos o en jardinería. Deben estar libres de colorantes, perfumes u otros aditivos.

En otro recipiente mayor, como un acuario o cubeta de unos 100 litros, se coloca algo de agua (unos 10 cm de profundidad), y una fuente de calor. El agua actuará como colchón térmico y ayudará a mantener la humedad elevada.

En el centro de este “baño maría” se coloca un ladrillo u otro soporte, y encima la bandeja con la vermiculita, parcialmente sumergida en el agua, pero sin que ésta penetre dentro. Luego cubrimos el recipiente mayor con una tapa transparente que nos permita observar el interior.

Debe haber orificios de ventilación para que el aire no se enrarezca. Los huevos también “respiran”, absorbiendo oxígeno y eliminando CO2, de modo que si el aire se enrarece en exceso el embrión puede morir.

Conviene poner en funcionamiento la incubadora una semana antes de colocar los huevos, para estabilizar su funcionamiento.

Temperatura y humedad de la incubadora

La mejor manera de calentar el agua es con un calentador de acuario, que es una resistencia colocada dentro de un tubo de cristal y conectada a un termostato. Un calentador de 60 a 100 W es adecuado. Las esterillas calefactoras u otros métodos, no dan tan buen resultado; y las bombillas son desaconsejables.

El termostato del calentador no indica de forma fiable la temperatura. Hay que colocar un termómetro digital o de mercurio al lado de los huevos. Los termómetros baratos suelen dar lecturas erróneas.

La temperatura óptima varía para cada especie, y suele oscilar entre 27-32.5ºC. Por ejemplo: dragón de agua (Physignatus spp.) 29.5ºC, dragón barbudo (Pogona spp.) 30 ºC, tortugas del género Testudo 30-31ºC, pitón real (Python regius) y molurus (P. molurus) 31-32.5ºC.

En bastantes especies la temperatura determina el sexo de las crías. En algunas tortugas (como Testudo hermanni), a temperaturas altas nacen más hembras, y a bajas más machos. En caimanes y algunos lagartos el fenómeno es inverso: machos a temperaturas altas y hembras a bajas.

La duración de la incubación varía mucho según la especie, y suele oscilar entre 2 y 3 meses, aunque hay notables excepciones (en las fichas coleccionables de especies hay más información al respecto). En general la duración es menor a mayor temperatura.

La humedad debe ser alta en general. Cada día o cada dos días se puede pulverizar la incubadora con agua para mantener la humedad, pero nunca directamente sobre los huevos.

Colocación de los huevos en la incubadora

Los huevos deben manipularse con mucho cuidado. Se recomienda hacer una marca con lápiz en la parte superior del huevo antes de cogerlo, para asegurarnos de que al trasladarlo no lo cambiamos de posición.

Cambiar la posición del huevo puede matar en algunos casos al embrión. Esta recomendación es discutible, y probablemente no es tan importante en los primeros días tras la puesta.

Los huevos se deben colocar sobre la vermiculita húmeda parcialmente enterrados, dejando asomar al exterior entre la mitad y un tercio del huevo. Los huevos se cubren con una capa de musgo húmedo para evitar que se sequen.

La eclosión de los huevos de reptiles en la incubadora

La salida del embrión del huevo puede durar entre 6 y 48 horas. La cría debe completar este proceso por si sola, pues tratar de ayudarla es casi siempre perjudicial. La mayoría de huevos fértiles de una puesta eclosionan a lo largo de dos días. El resto probablemente no sean fértiles.


Para evitar que las primeras crías en nacer caigan al agua y se ahoguen, se puede cubrir la bandeja de vermiculita con una malla de plástico. Algunas crías presentarán todavía algo de saco vitelino adherido al ombligo. Si todo va bien se reabsorberá solo. Las crías deben pasarse a otro terrario aparte enseguida.

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